Exrectores de la Universidad Nacional de Piura (UNP), José Rodríguez y César Reyes, enfrentan una denuncia interpuesta por dos hermanas. Los aún profesores de la UNP son acusados de “violación sexual de persona en imposibilidad de resistir”

Este es el testimonio de la primera hermana «Matilde». El testimonio de «Janeth» lo encontrarás al finalizar el reportaje escrito.

ADVERTENCIA: Este reportaje contiene material explícito que puede herir susceptibilidades. El Clamor no comparte el uso de material explícito de víctimas de abuso en los reportajes. Sin embargo, la Dirección Periodística consideró, excepcionalmente, el contexto, la persistencia de las denunciantes y la gravedad de sus denuncias. Por voluntad propia, las denunciantes declararon sus versiones frente a nuestras cámaras.

En el 2023, el programa ‘Aurora’, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), registró 28 609 casos de violencia sexual a nivel nacional. En el 94% de los casos, las víctimas son mujeres. El 71,2% (18 858) de las víctimas agredidas tienen menos de dieciocho años. Según las cifras de la Superintendencia Nacional de Educación Superior (SUNEDU), los casos de hostigamiento sexual se reportaron en 58 universidades, es decir, en más de la mitad de los centros de estudios a nivel nacional.

La menor de las hermanas, “Matilde” (30), relata que tres años después de ser violentada sexualmente, volvió a ser contactada por sus perpetradores. Ella afirma que, con diecinueve años de edad, acordó una reunión con el mismo intermediario que la llevó con engaños a ser abusada años atrás. “Les tendí una trampa, estaba cansada de los seguimientos y amenazas”, relata la hermana menor.

Matilde cuenta que, en el 2010, tenía 16 años y cursaba tercero de secundaria cuando una supuesta amiga le presentó a Roberto Mendoza Cadillo, estudiante de Derecho en la Universidad Nacional de Piura (UNP). Según el testimonio de Matilde, Mendoza la recogió a bordo de su carro durante el horario de salida del colegio y la convenció de tomar un jugo mientras escuchaba las propuestas que tenía para su futuro universitario.

La entonces colegiala asegura lamentar haber bebido el jugo que Mendoza le compró en una tienda. Dos personas más abordaron el carro donde se encontraba: el rector José “Pipo” Rodríguez y César Reyes, el director de la escuela de Posgrado de la UNP. Las autoridades le habrían preguntado a la menor de edad sobre sus expectativas de vida y, tras confirmar su falta de recursos económicos, la llevaron al hotel Manhattan de Castilla. “Para que no se malinterpretara la reunión”, le habrían mentido a la adolescente.

“Después de marearme, perdí la consciencia. Cuando desperté mis piernas y mi ropa interior estaban llenas de sangre, mi polo estaba desacomodado y mi pantalón también. Lo único que hice fue encerrarme en el baño a llorar. Aún era virgen. Ni siquiera tuve tiempo de lavar mi ropa interior, la deje ahí y encontré un billete de cien soles encima de la cómoda. Salí corriendo hasta llegar a mi casa. No sin antes ser amenazada de muerte por un desconocido con pistola. Entre lágrimas, le mentí a mi padre que me había llegado la regla y me di una ducha”, relata la actual madre de familia.

Para Josefina Miró-Quesada, abogada e investigadora del Derecho Penal y Criminología, no existe un perfil para los violadores o abusadores. Lo que sí existen son los “factores de riesgo”, que no solo se dan a nivel individual, sino también con la interacción a nivel interpersonal. “Si en una escuela se tolera el hostigamiento sexual, este ámbito de impunidad termina reforzando la posibilidad de que, incluso, las autoridades lo puedan replicar”, expone la experta.

No existe un perfil para los agresores. “Puede ser cualquier persona”, reafirma Brenda Álvarez, abogada especialista en Violencia de Género. Lo que se puede señalar son las relaciones de poder. “La presencia de estas relaciones de poder crea escenarios propicios que generan un abuso”, explica Álvarez. Además, la especialista destacó que no necesariamente un agresor es un “enfermo”, sino que las causas son sociales y más profundas de lo que se cree.

“En nuestro país impera la cultura de la violación sexual, es un factor que no podemos ignorar”, sentencia la abogada litigante.

Hasta el 2023, más de la mitad de los centros de estudios (101), a nivel nacional, reportaron casos de hostigamiento sexual. De acuerdo con la ley 27942, «Ley de prevención y sanción del hostigamiento sexual», así como con su reglamento, cada universidad debe contar con una norma interna diseñada para la prevención e intervención en casos de hostigamiento sexual.

La base de datos de la SUNEDU indica que las universidades reportaron en 2020 un total de 157 casos de hostigamiento sexual; en 2021 fueron 67 los incidentes informados; y en 2022 la cifra se elevó a 150 casos. Lo cierto es que, desde 2020 hasta octubre del 2023, los casos informados por las Universidades de la SUNEDU se elevan a 385.

Vídeos comprometedores contra uno de los rectores

La vida de Matilde dio un giro total. Sin decirle nada a nadie, sus relaciones sociales decayeron y no acabó sus estudios. En abril del 2013, tres años después de los hechos que describe Matilde, la hermana menor rememora que Roberto Mendoza la volvió a contactar mientras ella trabajaba en el mercado modelo, le dio una tarjeta y le habría confesado: “Relájate, las cosas no son como tú crees”.

La, aquel entonces, joven de 19 años relata que se armó de valor y planificó un “seguro” que, pensó, mantendría alejados a sus abusadores.

Acompañada de su amiga (A.), de diecisiete años, se reencontró con José Rodríguez, exrector de la UNP. Rodríguez las metió en su carro y condujo hasta el hotel ‘Manhattan’. Matilde grababa desde su celular.

“En el cuarto del hotel, el hombre (“Pipo”) se desnudó completamente, nos asustó, estaba manoseándonos. Quería arracancarnos todo. Lo único que hice fue agarrar mi teléfono y empecé a grabar mientras mi amiga gritaba encerrada en el baño:‘¡Amiga ayúdame!¡Ayúdame!¡Ayúdame!’ En la desesperación comencé a gritar: ‘Déjala porque tengo todo grabado’”.

En el tercer vídeo presentado se ve a un hombre desnudo desesperado por arrebatarle el celular a la chica («Matilde») que se encontraba en la cama. También se observa al mismo hombre forcejeando con la puerta del baño donde, según los delatadores gritos de aquel espacio, una chica (A.) llora y grita asustada. Matilde cuenta que en su desesperación, y para zafarse del violento hombre, lo amenazó con hacer público el vídeo: “Mi único objetivo fue evidenciarlo”.

El 16 de febrero de 2023, diez años después de la grabación del vídeo, la Oficina Criminalística de Piura determinó que entre el hombre del vídeo descrito y José Rodríguez Lichtenheld existe una «alta probabilidad de que sean la misma persona».

Las víctimas de violencia de género no tienen mecanismos idóneos para encontrar justicia. Para Álvarez, también presidenta del colectivo Proyecta Igual Perú, el mecanismo que muchas de ellas han encontrado para hacerse escuchar es a través de la denuncia pública.

“La impunidad es la norma, la justicia, la excepción”, sostiene Brenda Álvarez.

Josefina Miró-Quesada, también experta en violencia de género, explica que muchas de las víctimas de violencia se sienten culpables de lo que les pasó. “En sociedades como la nuestra, muchas veces el círculo social traslada esa culpabilidad a las víctimas y ellas lo interiorizan”, analiza la especialista.

La violencia de género es una forma de discriminación contra la mujer. “Cuánto más dispar es la relación, más riesgo hay de abusar del poder. No sólo de lograrlo, sino de garantizar la impunidad”, desarrolla Miró-Quesada.

«Janeth»

Sin saber qué hacer con el vídeo que tenía entre manos, «Matilde» lo reveló ante su hermana mayor, “Janeth” (34). La sorpresa de Matilde fue grande al enterarse de que, dos semanas atrás, sus abusadores también habrían violentado a su hermana, una estudiante del Instituto Técnico de la UNP.

“Fui vestida para pasar una supuesta entrevista de trabajo, con zapatos altos, pantalón negro, una blusa tipo camisa blanca. He subido al carro y he conversando con Roberto Mendoza. Él me dijo: ‘Voy a conducir hasta la universidad y hay que esperar porque ellos nos van avisar dónde vamos a hacer la entrevista’. En el transcurso, él me invitó una gaseosa. Como era mi amigo, tomé todo un vaso lleno que él me dio. Y luego seguí conversando del trabajo. Pero en el camino le dije: ‘Me siento mal’. Y me respondió: ‘Tranquila, no pasa nada’. Yo no me acuerdo en qué momento me dormí, pero desperté en la habitación de un hotel. Allí estaban estos dos sujetos, el señor José ‘Pipo’ Rodríguez y el director de la escuela, el señor César Reyes Peña. Ambos estaban en ropa interior. Lo único que dije fue: ‘¡Qué hago aquí! ¡Qué hago aquí!’. Lo único que me acuerdo fue que me habló César Reyes, ‘Pipo’ (José Rodríguez) no dijo nada. Reyes me dijo: ‘Tú sabías para qué venías’”.

Matilde remarca que el vídeo no detuvo las amenazas ni las llamadas de Roberto Mendoza, quien les ofrecería dinero y trabajo a cambio de entregar los vídeos. Janeth asegura que le entregó una copia del vídeo con el fin de no saber más de ellos. Pero todo se volvió en su contra cuando Mendoza recurrió a un canal de televisión regional, hizo público el vídeo y denunció la existencia de una red de trata en la Universidad Nacional de Piura encabezada, según sus declaraciones, por César Reyes. “Se lavó las manos”, señalan las hermanas denunciantes.

“Es un red de trata”, denunció Roberto Mendoza en aquella entrevista del 2014. Días después, Mendoza se retractó. Foto: Archivo Piura TV (2014)

Entre 2020 y 2023, la Pontificia Universidad Católica del Perú presentó 63 episodios de hostigamiento sexual, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, 43; la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 25; la Universidad Peruana del Norte, 24; y la Universidad de Piura, 22. La Universidad Nacional de Piura no reportó ninguno.

“La trata es un mal endémico en el Perú”, asegura Josefina. Pues en el Perú, en sociedades altamente desiguales, los tratantes perfilan a las víctimas que son fáciles de retener. “Se les utiliza con la mentira. Se les induce a algún error: ‘si vienen conmigo, van a conseguir algo’. Se les hace creer que van a ganar algo”, concluye la abogada penalista.

Finalmente, Miró-Quesada remarca que en el caso de menores de edad, no necesariamente se tiene que cumplir con la explotación, pues “solo basta el hecho de intentar captarlas para ser condenados por ley”.

Audios reveladores entre el presunto intermediario y el exrector

as hermanas presentaron una serie de audios como medios probatorios en la denuncia formal que interpusieron en 2021 contra los exrrectores en la Fiscalía de la Mujer de Castilla. La defensa de las hermanas argumenta que en dichos audios se escucha una conversación entre el exrector José ‘Pipo’ Rodríguez y el presunto captor, Roberto Mendoza, coordinando una estrategia para “callar” a las hermanas. El Clamor tuvo acceso a los audios.

José Rodríguez:«Yo te traigo el dinero y la tenemos tranquilitas»

Roberto Mendoza: «Lo más inteligente es que mientras las tenga comprometidas, a usted no le va a pasar nada. Imaginese que en un supuesto se rompa por el lado más débil. Si usted las tiene comprometidas a ellas. Ellas pueden salir a decir eso ‘no es cierto’, ‘eso no es así’. ¿entiende? Ese es el punto. Salga lo que salga ellas pueden dar otra versión»

José Rodríguez: «Por eso pues. Con quinientos soles»

Roberto Mendoza: «El básico»

José Rodríguez: «Ofréceles quinientos»

Mendoza reconoce su voz frente a la fiscalía, pero no recuerda el contexto de la conversación. Foto: Declaración de Roberto Mendoza ante la Fiscalía

Tanto Reyes como Rodríguez, docentes de la UNP, cumplen una orden de comparecencia restringida, pues la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios los acusa del presunto delito de peculado doloso agravado, por la supuesta apropiación de los fondos obtenidos por las maestrías dictadas en localidades de Ecuador, durante los períodos en los que ejercieron como rectores de la Universidad Nacional de Piura.

En 2021, las hermanas interpusieron una denuncia formal contra los exrectores que las habrían violentado en la Fiscalía de la Mujer en Castilla, a cargo de Diana Montoro. Mientras el proceso judicial les resulta engorroso, las trabas procesales y las amenazas aún continúan para las hermanas.

Ni Reyes ni Rodríguez han declarado su versión de los hechos frente a la Fiscalía. Ninguno atendió al llamado de El Clamor para dar su versión. Ambos han negado públicamente los cargos imputados por las hermanas.

Roberto Mendoza también niega tajantemente todos los señalamientos. El Clamor intentó comunicarse con Roberto Mendoza, pero el reportero encargado recibió amenazas de eventuales acciones legales y fue acusado de «malintencionado».

La fiscal Diana Montoro, en un inicio, archivó la denuncia alegando que las pruebas presentadas no correspondían al caso. El CD presentado contenía vídeos con testimonios de otra denuncia del Ministerio Público. La defensa interpuso una Queja de derecho que obligó a la fiscal a reabrir el caso y ordenar la continuación de la investigación. Hasta el día de hoy, no se explican cómo aparecieron esos vídeos.

Las hermanas denunciaron las amenazas de muerte que aseguran recibir. El 15 de diciembre del 2023, la Prefectura les otorgó las Garantías para su vida.

El próximo 19 de enero de 2024, la fiscal a cargo, Diana Montoro, se pronunciará sobre el caso. La investigación preparatoria ha terminado y las hermanas persisten en ser escuchadas.

Canales de Ayuda

Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.

La Línea 100 deriva los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (feriados incluidos).

El Ministerio de la Mujer tiene la obligación de orientar a jóvenes y adolescentes para prevenir situaciones de violencia. Puedes comunicarte al Chat 100. Las citas son reservadas y se pueden hacer a través del siguiente link: www.mimp.gob.pe/chat100.

Este es el testimonio de «Janeth».
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